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La firma Masriera nace en 1839, durante los últimos compases del Romanticismo, de la mano de Josep Masriera Vidal. Josep Masriera elaboró una pasantía (examen que había de superar el becario de un oficio para adquirir la categoría de maestro gremial) en acuarela de oro, plata y esmeraldas. Es entonces cuando abre su propio taller de joyería en Barcelona. El proceso de elaboración de las piezas, desde su diseño hasta el último pulido, se llevaba a cabo en el taller familiar el cual se fue ampliando a medida que aumentaba la producción.
Cataluña cuenta con una larga tradición de argenteros. Los primeros indicios de la existencia del Gremio se remontan al mayo de 1381. Pero el gremio fue disuelto en diciembre de 1869. Aun así, el mundo de la orfebrería y la joyería siguió manteniendo una gran producción y consideración.
A principios del último tercio de siglo había un gran número de familias orfebres en activo en Barcelona pero había una que destacaba por encima de las demás; los Masriera. Josep Masriera Vidal se consolidó como joyero a la vez que sus hijos se iniciaban en el taller de joyería. Al morir los patriarcas, dos de los hijos, Francesc y Josep, toman las riendas y logran darle un gran impulso al negocio familiar. Ambos hermanos destacaban en el campo de la orfebrería y la pintura. Con estas cualidades y la recuperación de diversas técnicas de elaboración de esmalte consiguen un alto nivel en el diseño de joyas artísticas. Pero no es hasta la tercera generación de la familia, en que el negocio se catapulta gracias a Lluís Masriera, quien se convierte en el joyero del Modernismo catalán y uno de los principales representantes de la joyería del Art Nouveau, otorgándole un renombre a nivel internacional.
Fuente: Wikipedia
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