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«Una de las razones que me impulsó a escribir novelas de misterio fue poner en conocimiento de la gente esos 'no-lugares' que nunca figuran en las guías turísticas, a medio camino entre una pesadilla de Poe o una quimera de Lovecraft.»
ADN.es (Agencia EFE).

martes, marzo 29, 2011

Sans culottes

Cuadro representando a un típicosans-culotte
 de Louis-Léopold Boilly (1761-1845).
La expresión sans-culottes significa literalmente "sin calzones". El término está relacionado con las modas y costumbres de la época, el siglo XVIII, ya que los sectores sociales más acomodados vestían con unas calzas cortas y ajustadas (los culottes), mientras que muchos miembros del Tercer Estado llevaban pantalones largos.

Bajo este mote, usado al principio de forma despectiva y exhibido posteriormente por ellos mismos con orgullo, se incluía a un grupo heterogéneo de personas: trabajadores independientes, pequeños comerciantes y artesanos (carpinteros, sastres, etc.). No se incluían entre ellos ni a los más pobres ni a la burguesía acomodada.

Los sans-culottes constituían, por su elevado número, una parte importante del Tercer Estado de la capital francesa. Durante generaciones se hallaron expuestos a numerosas injusticias y continuas vejaciones por parte de los estamentos privilegiados. Habían, pues, acumulado odio y rencor hacia quienes disfrutaban de todos los lujos.

El inicio de la Revolución francesa significó, para muchos de ellos, el momento de su venganza. Al estallar aquella, los sans-culottes se convirtieron en la fuerza de choque popular que asaltó la Bastilla y el palacio de las Tullerías. También constituyeron la base fundamental del ejército francés que se enfrentó a las potencias absolutistas europeas.

Entre 1792 y 1795, los sans-culottes fueron los protagonistas de la escena política revolucionaria. Asistían a los debates de la Asamblea Nacional, Asamblea Constituyente y la Asamblea Legislativa y allí alentaban a los representantes radicales que con mayor ardor defendían los duros castigos para los acaparadores de alimentos o la fijación de un precio máximo para los productos de primera necesidad.
Por último, hay que señalar que la presión que ejercieron sobre los diputados a la hora de votar sobre la condena a muerte de Luis XVI resultó decisiva para que el monarca acabase en la guillotina.

Fuente: wikipedia

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